miércoles, 27 de marzo de 2013

Prejuicios; el veneno de las sociedades del hombre


Un anciano monje viajaba de un monasterio a otro a lomos de un buey. El largo camino, bajo un sol implacable, debilito sus fuerzas; el hombre perdio el conocimiento y cayo de la montura.
Paso por alli un bandolero muy popular por sus fechorias pero que, al ver al pobre anciano, se apiado de el e intento darle un poco de agua.
El monje volvio en si y reconocio al bandolero, famoso en toda la region.

               -. ¡No! -protesto el anciano-. No aceptare ni una gota, pues el agua que viene de un malhechor como tu, seguro que esta envenenada. Quieres matarme, pero no lo conseguiras de este modo. 

               -. Te equivocas. pues mi agua es de manantial, pura y fresca, y te ayudara a reponerte -dijo con sumo afecto el bandolero.

               -. ¡Te digo que no, maldito! Nada bueno puede proceder de ti. No probare ni una gota.

El anciano se nego a beber, su fatigado corazon fallo y le sobrevino la muerte.

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Prejuicios, prejuicios, prejuicios. Asi llenamos nuestra vida; asi saturamos y condicionamos nuestra mente. Deberiamos observar diligentemente el "yoga del desprejuicio" y aprender a despojarnos de adoctrinamientos y modelos, de filtros socioculturales y patrones que nos roban la libertad interior y nos alienan. Con lucida reflexion y esfuerzo correcto, hay que emprender la via de la realizacion de uno mismo, que se opone a la enajenacion personal; la primera de ellas es una experiencia, la segunda, nace del prejuicio, del patron y la descripcion que los demas hacen de nosotros o los esquemas que nos quieren imponer.

Dedicado a nuestro compañero, Peace-for-ever.

Bss.

Namasté.

5 comentarios:

Josep Peaceforever dijo...

Les teves lliçons són sempre insuperables. Però tinc un "però".

Prejutjar és jutjar per conjectura, per endavant, abans de tenir coneixement just o complet de la cosa.

La nostra educació ens omple de prejudicis, alguns d'ells d'origen religiós, d'altres d'aquella saviesa popular que es transmet de generació en generació en forma de tradició... La mateixa ciència funciona així, un científic dóna un pas, altres comproven que el que fet és correcte i a partir de llavor aquest queda com a principi establert que la resta creuen...

Moltes gràcies per compartir amb nosaltres la teva saviesa.

Una abraçada.

la MaLquEridA dijo...

¿Cómo desprenderse de ellos?

La Salamandra dijo...

Hola, Compis! :)

Ciertamente, Josep; nuestra sociedad es un prejuicio TODO. Jajajaja... :D
Aunque os parezca exagerada la afirmacion, si lo pensais objetivamente, os dareis cuenta de que no.

Pues, yo no se como se erradican los prejuicios pero, tenemos varios ejemplos historicos escritos y, en la tradicion oral, hay no pocos:

"Haz bien, y no mires a quien". Por ejemplo. Al actuar bien, el mal pensamiento, el prejuicio, se aparta solo.
Otro ejercicio practico esta en aquella frase que advierte:

"Trata a tu projimo como a ti mismo". Es decir, piensa en el(*) como te gustaria que pensaran sobre ti, habla sobre el como te gustaria que hablasen de ti y, actua con el como te gustaria que actuasen contigo.

Y, por ultimo, esta aquel ejercicio budista que invita a practicar la empatia:

"¿Y si fuera...?"

Si este ejercicio cuesta de plantearse inicialmente, puede cangearse por una afirmacion del buda historico, y mantenerla presente constantemente, a modo de mantra, hasta asimilarlo:

"Cada persona que conoces esta luchando con sus propios problemas.
Se amable con ella.
No seras capaz de resolverlos en su lugar pero, quizas, tu bondad, sea el milagro que estaba esperando".

Si actuamos asumiendo esta recomendacion como una actitud diaria, nuestra vision de las situaciones y respecto de los seres, cambia. Lenta, paulatina pero, progresiva, clara y notablemente. Jajaja... :D

Y, como veis, son ejercicion muy baratos. Jajaja... :D

Pero, no creais nada de lo que os digo; practicadlo y, dentro de algunas semanas, podreis experimentar los resultados y juzgar por vosotros mismos. :)

Bss y muchas gracias.

Namasté.

La Salamandra dijo...

NOTA:

(*)el = projimo.

Kss.

Namasté.

Roberto T dijo...

En este cuento hay un claro ejemplo de que los prejuicios tienen también consecuencias negativas sobre el que prejuzga. Todos, en mayor o menor medida, hemos recibido una buena dosis de prejuicios en nuestra educación. Pero quedarse con ello es sólo elección nuestra. Dejarlos atrás también es una buena forma de sentirse más libres, y hasta un poco más felices.

Petons. Namasté _/|\_