lunes, 14 de enero de 2013

Cuento Zen

Un gran guerrero japones llamado, Nobunaga, decidio atacar al enemigo a pesar de comandar solo una decima parte de los hombres de que disponia aquel.

El sabia que la victoria seria suya, pero sus soldados dudaban.

De camino, hicieron una parada en un templo Shinto, y dijo a sus hombres:

               -. "Despues de orar aqui, lanzare una moneda al aire. Si sale cara, ganaremos. Si sale cruz, perderemos. El destino nos tiene en sus manos". 

Nobunaga, entro en el templo, se dirigio al altar y ofrecio una silenciosa plegaria. Despues, salio y, ante sus hombres, lanzo una moneda al aire.

Salio cara.

Sus hombres tenian tantas ganas de luchar que ganaron la batalla facilmente.

               -. "Nadie puede cambiar el curso del destino" -le dijo su ayudante despues de la batalla.

               -. "Desde luego que no". - dijo Nobunaga, mostrandole una moneda que contenia la misma cara por ambos lados.

3 comentarios:

Josep Peaceforever dijo...

Està clar que havien de guanyar sí o sí... Mai he vist una moneda amb dues cares.

Una abraçada.

Roberto T dijo...

Asombroso. Creo que este cuento alude a la predisposición mental que adoptemos ante cualquier proyecto, y que el destino es una creación mental. Desde luego que con una predisposición mental optimista y segura la batalla está ganada. Otra cosa es llegar a conseguir ese estado mental, cosa que no siempre es fácil. Pero se puede.

Petons. Namasté _/|\_

sergio dijo...

Lo ves? Acá el cuento funciona muy bien como metáfora, porque si lo tomamos literalmente esa batalla debería haber sido muy cruenta.

Saludos.