miércoles, 23 de enero de 2013

Cada ser humano, una enseñanza...

Era un discipulo de buen corazon y nobles intenciones pero, su mente era todavia como un escenario de luces y sombras, de incertidumbres y confusion, y no habia conseguido recuperar la vision clara y conciliadora de una mente sin oscurecimientos.
Como su motivacion era sincera, estudiaba sin cesar los textos antiguos y comparaba credos, filosofias y doctrinas de todo tipo.
Cada vez estaba mas desconcertado y se preguntaba el porque de tantas enseñanzas y vias espirituales. Por ello, en cuanto tuvo ocasion de entrevistarse con su mentor espiritual, dijo lamentandose:

               -. Estoy muy confundido, ¿No cree que existen demasiadas religiones, demasiadas sendas misticas, demasiadas doctrinas, si solo existe una unica? 

A lo que el maestro repuso con firmeza:

               -. ¡Que dices insensato! Cada ser humano es una enseñanza, una doctrina, una via.

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Hay muchas laderas para alcanzar la unica cima de la montaña.
Cada persona debe tomar aquella que, en principio, le resulte mas comprensible o asequible.
El mejor maestro esta dentro de uno mismo.
El camino, ya es la meta; la ladera, ya es la cima.
Hay que trabajar pacientemente sobre uno mismo para purificar el entendimiento y desarrollar una mente lucida y un corazon tierno. Los grandes seres señalan el camino pero, uno tiene que recorrer su ladera y convertirla en propia. La enseñanza es el soporte, el mapa espiritual, pero debe ser incorporada y asimilada por uno mismo, sin dogmas ni encorsetados puntos de vista.

4 comentarios:

Josep Peaceforever dijo...

Quanta saviesa hi ha en aquestes paraules, i el que ens costa d'entendre que tots som diferents i que cada persona és un ésser únic...

Moltes gràcies,

Una abraçada.

la MaLquEridA dijo...

¿O sea que yo misma debo encontrar mi propia sabiduría? pero psss no soy sabia, igual debo buscar, quien quita y en una de esas encuentro lo que nadie más tiene: Mi propio yo.





Te quiero Compi.

Siempre me sale decirte Te quiero así como el respirar, no me cuesta trabajo.

Roberto T dijo...

Precioso cuento, toda una lección de sabiduría. Y en los comentarios anteriores hay toda una muestra de nuestra diversidad como seres. Y es también una vacuna contra el dogmatismo, que nos obliga a todos a ir por la misma senda y sólo crea conflictos e infelicidad. Pues aquí seguimos, Compi. haciendo camino al andar.

Petons. Namasté. _/|\_

Inma_Luna dijo...

Lo he leído tres veces me hace reflexionar tanto...
Un beso