martes, 6 de noviembre de 2012

El niño y el barquito


Un niñito jugaba con su barquito en un estanque, totalmente absorto en el juego.
Un yogui que pasaba por el lugar se acerco a el y comenzo a hablarle y a hacerle preguntas.
El niño estaba tan ensimismado con las evoluciones del barco sobre el agua que, ni siquiera reparo en la presencia del adulto.
Entonces, el yogui se postro ante el niño y dijo:

            -. Tu eres mi maestro. Ojala que cada vez que me siente a meditar, al dirigir los pensamientos al Absoluto, pueda estar tan concentrado como tu y que, como te sucede a ti, nada logre distraerme. 

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Un adagio hindu, reza: "Asi como el fuego quema, la mente tienede a distraerse".
Una fuerza que se dispersa, pierde su eficacia. Y, la mente, no es una excepcion. Igual que el agricultor encauza el agua de la acequia, hay que ir adiestrando la mente en la concentracion para que gane en intensidad, claridad, penetracion y comprension. El yoga es una reunificacion de las energias dispersas y comporta union y armonia. es preciso entrenarse en unificar y armonizar la mente. Una mente bien sujeta es de gran ayuda, en cambio, una mente dispersa nos debilita, es como un colador:
incapaz de retener.

3 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Tengo que decirte que tengo la mente muy dispersa, me distraigo tanto, mucho mucho,mucho.

Josep Peaceforever dijo...

Tinc la sort de poder concentrar-me molt en el que faig o en el que rumio, tot i que hagi après a acceptar interrupcions. Però estic convençut que no és fàcil i que s'ha de treballar per aconseguir-ho. Sóc conscient d'haver-ho treballat en la meva adolescència.

Com sempre una lliço magistral. Molt interessant.

Una abraçada.

Roberto T dijo...

Interesantísimo, y muy acertado este cuento. Me quedo con la frase de que: "Una fuerza que se dispersa, pierde su eficacia". Y me he imaginado que la mente puede ser como una lupa que puede concentrar la luz del sol y es capaz de producir fuego a partir de algo que, disperso, sólo es capaz de calentar ligeramente. El Yoga para mí siempre me ha parecido bastante difícil de practicar, porque nunca he tenido mucha flexibilidad, ni siquiera cuando era niño, y ponerme boca abajo me produciría dolor de cabeza para varios días, jeje. Pero siempre se puede practicar en la medida de nuestras posibilidades físicas. A ver si me animo..., aunque con la meditación también se logran los mismos objetivos que con el Yoga, sin tanto esfuerzo físico, creo yo. Petons. Namasté. _/|\_